miércoles, 19 de marzo de 2014

Arquitectura popular extremeña. La casa.

La historia de la evolución de la arquitectura popular extremeña, transcurre paralela al desarrollo económico, social y político de la sociedad.
Así por ejemplo, el  desarrollo tecnológico y la rapidez en los procesos mecanizados de producción de nuevos materiales han sido algunos de los causantes del abandono de ciertas técnicas constructivas como puede ser el abandono del empleo de la cal a favor del cemento, o el uso del hormigón armado salto de las grandes obras públicas a la vivienda tradicional al  ofrecer un sistema constructivo relativamente sencillo en el que más que la habilidad del maestro alarife lo que se necesitaba era maquinaria que acelerase el ritmo de construcción . Las técnicas tradicionales que no eran validas para obras de gran envergadura pasaban a ser denostadas y tachadas de inseguras incluso para la más pequeña de las viviendas. De esta forma el saber acumulado por siglos de experiencia se relegaba al olvido sin que nadie se ocupara de adecuarlo a los nuevos tiempos, incluso la figura del altere tendió a desaparecer.

La primera monografía dedicada exclusivamente a la arquitectura popular extremeña en general, no llegó hasta el año 1985. La publicación de Rubio Masa 1, propone una primera división en cuatro tipologías principales independiente de las comarcas o zonas donde se ubiquen. Surge entonces el grupo primero formado por los chozos y otros módulos de habitación temporales. Continúa con el segundo grupo en el que se ubican las llamadas casas de piedra. El tercer grupo viene definido por las casas de entramado de madera y el cuarto por las casas del llano.

 Una de las características importante  de las casas extremeñas han sido la bóveda tabicada, que sustituía a los techos horizontales, en ciertas partes de la casas, dependiendo del poder adquisitivo de la familia. Así se podía hablar de “casa de bóveda” o “habitaciones abovedadas”. Por otro lado, se seguía con la construcción mediante muros de carga paralelos a la fachada creando espacios rectangulares que posteriormente se compartimentaban por tabiques de ladrillos o tabicones de ladrillo o adobe. Estos podía servir de soporte a las estructuras horizontales de madera que separan la planta alta de la planta baja como para construir bóvedas de rosca o tabicadas que conformen una separación más duradera y resistentes.




Bóveda.


La cimentación de la casa se realizaba a base de zapatas corridas rellenas con cordeladas de piedra y ladrillo. Las cordeladas eran hiladas de unos 30 cms. de altura que realizaban con piedra y barro, igualándose con ladrillos al llegar a la altura determinada de la hi-lada

Otros aspectos característicos son los pasillos, a veces, eran empedrados con cantos rodados y en ocasiones llamados zaguán (más acuñado a los patios andaluces) , haciendo de eje central de la casa, y desde el cual se articulaba a ambos lado habitaciones pequeñas, que hacían de dormitorios (alcobas), pasando por el un espacio más amplio que servia de comedor, y acabando en la cocina y el corral.



   Corral.
                              


Típicas cocinas.


 Este esquema parte de un modelo simple, en el que  distinguir dos espacios básicos, uno destinado al resguardo del hombre y otro destinado a la protección del animal. De este principio surgió la creación de la casa y el corral que se situaba siempre en la zona trasera, lo que denotaba una función protectora del individuo con respecto a sus animales.

El corral es un espacio al aire libre que se sitúa en la parte trasera del solar que ocupa la vivienda y en la mayoría de las ocasiones contiene un espacio reservado para animales, en forma de zahúrdas o de establos

 A veces la casa puede tener una planta superior que se denomina doblado. Cuando el doblado tiene altura suficiente como para ser habitable, suele estar separado de la planta baja mediante bóvedas tabicadas de ladrillo.
En los casos en los que este espacio no es habitable, la cámara resultante se separa de la planta baja mediante un cielorraso -elemento similar a los actuales falsos techos, pero con mayor resistencia formado por rollizos de madera sobre los que se trama un cañizo. A su vez, el cañizo, se cubre con una lechada de barro, que además de reforzar al cielorraso, reserva de los rigurosos calores del verano. 

Los muros gruesos entre habitaciones, también hacía de aislante del frio y calor.

 Las casa de planta baja, suelen tener una fachada, pintada en cal, con una puerta principal y dos ventanas, una a cada lado de la puerta.  En algunas casas, aun se encuentra un aro de hierro, donde se ataba a las bestias antes de pasarlas al corral.




Fachada.



Paso.


No había cuarto de baños, como se conocen hoy en día. En la mayoría de las casas humilde, las cuadras, hacían las funciones del water. Una palangana y una jarra, en las alcobas, hacían las funciones de los lavabos de los aseos.


La familia se reunía en el comedor central, en donde se construía una chimenea de piedra, abierta, en donde también se cocinaba.



 Comedor.


BIBLIOGRAFÍA:

- RUBIO MASA, J.C.: Arquitectura Popular Extremeña. Extremadura, 1985.
- DE LA CRUZ SOLÍS, A.: Historia de la Arquitectura en Extremadura. Sevilla, 1998.