La historia de la evolución de la arquitectura popular
extremeña, transcurre paralela al desarrollo económico, social y político de la
sociedad.
Así por ejemplo, el
desarrollo tecnológico y la rapidez en los procesos mecanizados de
producción de nuevos materiales han sido algunos de los causantes del abandono
de ciertas técnicas constructivas como puede ser el abandono del empleo de la
cal a favor del cemento, o el uso del hormigón armado salto de las grandes
obras públicas a la vivienda tradicional al ofrecer un sistema constructivo relativamente
sencillo en el que más que la habilidad del maestro alarife lo que se
necesitaba era maquinaria que acelerase el ritmo de construcción . Las técnicas
tradicionales que no eran validas para obras de gran envergadura pasaban a
ser denostadas y tachadas de inseguras incluso para la más pequeña de
las viviendas. De esta forma el saber
acumulado por siglos de experiencia se relegaba al
olvido sin que nadie se ocupara de adecuarlo a los nuevos tiempos, incluso la
figura del altere tendió a desaparecer.
La primera monografía dedicada exclusivamente a la
arquitectura popular extremeña en general, no llegó hasta el año 1985. La
publicación de Rubio Masa 1, propone
una primera división en cuatro tipologías principales independiente de las
comarcas o zonas donde se ubiquen. Surge entonces el grupo primero formado por
los chozos y otros módulos de habitación temporales. Continúa con el segundo
grupo en el que se ubican las llamadas casas de piedra. El tercer grupo viene definido
por las casas de entramado de madera y el cuarto por las casas del llano.
Una de las
características importante de las casas
extremeñas han sido la bóveda tabicada, que sustituía a los techos horizontales,
en ciertas partes de la casas, dependiendo del poder adquisitivo de la familia.
Así se podía hablar de “casa de bóveda” o “habitaciones abovedadas”. Por otro
lado, se seguía con la construcción mediante muros de carga paralelos a la
fachada creando espacios rectangulares que posteriormente se compartimentaban
por tabiques de ladrillos o tabicones de ladrillo o adobe. Estos podía servir
de soporte a las estructuras horizontales de madera que separan la planta alta
de la planta baja como para construir bóvedas de rosca o tabicadas que
conformen una separación más duradera y resistentes.
Bóveda.
La cimentación de la casa se realizaba a base de
zapatas corridas rellenas con cordeladas de piedra y ladrillo. Las
cordeladas eran hiladas de unos 30 cms. de altura que realizaban con piedra y
barro, igualándose con ladrillos al llegar a la altura determinada de la
hi-lada
Otros aspectos característicos son los pasillos, a veces, eran empedrados con cantos
rodados y en ocasiones llamados zaguán (más acuñado a los patios
andaluces) , haciendo de eje central de la casa, y desde el cual se articulaba
a ambos lado habitaciones pequeñas, que hacían de dormitorios (alcobas),
pasando por el un espacio más amplio que servia de comedor, y acabando en la
cocina y el corral.
Típicas cocinas.
Este esquema
parte de un modelo simple, en el que distinguir
dos espacios básicos, uno destinado al resguardo del hombre y otro destinado a
la protección del animal. De este principio surgió la creación de la casa y el
corral que se situaba siempre en la zona trasera, lo que denotaba una función
protectora del individuo con respecto a sus animales.
El corral es un espacio al aire libre que se sitúa en
la parte trasera del solar que ocupa la vivienda y en la mayoría
de las ocasiones contiene un espacio reservado para
animales, en forma de zahúrdas o de establos
A veces la casa puede tener una
planta superior que se denomina doblado. Cuando el doblado tiene altura
suficiente como para ser habitable, suele estar separado de la planta baja
mediante bóvedas tabicadas de ladrillo.
En los casos en los que este espacio no es
habitable, la cámara resultante se separa de la planta baja mediante un cielorraso -elemento similar a los actuales falsos techos, pero con mayor resistencia
formado por rollizos de madera sobre los que se trama un cañizo. A su vez, el cañizo,
se cubre con una lechada de barro, que además de reforzar al cielorraso,
reserva de los rigurosos calores del verano.
Los muros gruesos entre habitaciones, también hacía de
aislante del frio y calor.
Las casa de planta baja, suelen tener una fachada,
pintada en cal, con una puerta principal y dos ventanas, una a cada lado de la
puerta. En algunas casas, aun se
encuentra un aro de hierro, donde se ataba a las bestias antes de pasarlas al
corral.
Fachada.
Paso.
No había cuarto de baños, como se conocen hoy en día.
En la mayoría de las casas humilde, las cuadras, hacían las funciones del
water. Una palangana y una jarra, en las alcobas, hacían las funciones de los
lavabos de los aseos.
La familia se reunía en el comedor central, en donde
se construía una chimenea de piedra, abierta, en donde también se cocinaba.
Comedor.
BIBLIOGRAFÍA:
- RUBIO MASA, J.C.: Arquitectura Popular Extremeña. Extremadura, 1985.
- DE LA CRUZ SOLÍS, A.: Historia de la Arquitectura en Extremadura. Sevilla, 1998.